Un paso más en la relevancia de un sector que tiene una mirada en la transformación digital y análisis de los datos
Los agricultores y ganaderos españoles se movilizan bajo el lema #AgricultoresAllímite. Claman por una protección de precios justos para garantizar los costes de sus explotaciones. En ese momento, España, un país que cuyo sector predominante es el de los servicios, lo vive como una manifestación más. Una guerra de un sector que está agonizando debido a la presión. No pasa ni un mes, y llega la crisis sanitaria y económica del COVID-19, que supone un cambio en nuestras vidas, lo que nos hace reflexionar, sobre los aspectos más básicos para nuestra supervivencia. ¿Qué haríamos sin agricultura y ganadería? Lo que antes podría ser una manifestación banal ahora lo podemos ver como algo esencial para nuestra supervivencia y es la importancia que tiene la agricultura y la ganadería, aunque solo suponga un 8,4 % de nuestro PIB, pero es de lo que nos alimentamos.
Con este panorama sin resolver solo podemos pensar en cómo solucionar este problema desde nuestra perspectiva como ingenieros. Desde un punto de vista constructivo debemos actuar en dos ámbitos. Por un lado, bajar los costes de producción. Muchos de nuestros compañeros colegiados han creado empresas que tratan de responder a esta necesidad mediante sistemas de información que recopilan innumerables datos captados por drones o sensores, que permiten al ganadero o agricultor obtener una información muy valiosa para la toma de decisiones. También hay compañeros que dedican su vida profesional a diseñar sistemas para la automatización de explotaciones agrarias o ganaderas. Todas estas acciones van encaminadas a conseguir una eficiencia y, como consecuencia, bajar los costes de producción.
Ya es incipiente y están en el mercado diferentes soluciones englobadas en el llamado “SMART AGRO”, lo que representa una oportunidad laboral y de negocio para nuestro colectivo. Para completar el círculo faltaría la comercialización del producto para que llegue al usuario final de una manera directa y así tener cierta independencia a la hora de ofrecer precios, sin descartar los servicios de valor añadido que se puedan añadir, lo cual dependerá de la imaginación y la capacidad de detectar necesidades del empresario. En definitiva, una posible solución podría estar en el concepto de COOPERATIVA DIGITAL. En la misma se podrían agrupar compras de suministros y también compartir soluciones tecnológicas como la plataforma de venta online. Esta transformación permitirá a pequeñas explotaciones, y no tan pequeñas, sobrevivir ante las grandes y a la competencia de otros países.
En estos momentos solo nos queda extraer las oportunidades que esta crisis nos brinda y ya son patentes los cambios en la forma de comprar del consumidor. Dadas las circunstancias estamos asumiendo un proceso de transformación digital abrupto y el consumidor ya se está habituando a la compra online. Igual que compra artículos de todo tipo la cesta de la compra también va a ser habitual, y formará parte de un hábito y costumbre necesario y seguro. Ayuda también la concienciación que la ciudadanía tendrá después de pasar esta crisis de los sectores que de verdad son esenciales, seguro que si tractores y camiones vuelven a Madrid la precepción de la sociedad ya no será la misma.
José Luis Sánchez Sánchez. Colegiado 10.685
Vicedecano Demarcación Región de Murcia del COITT